Sale a la venta la reedición del brillantísimo The Blackening (2007) con un doble CD/DVD en el que se añaden caras B y rarezas.
¿Merece la pena tanto revuelo? Definitivamente sí. The Blackening es un disco que tiene muchísimas cosas que podría alabar, empezando por la presentación de la edición especial, con típica carcasa de cartón que recubre la carátula habitual, que contiene además un DVD extra con un documental de la gira anterior y otro con el Cómo se hizo de costumbre. Pero claro, no basta con el exterior, hay que ver lo que hay dentro, y por suerte está más que a la altura.
Tienen que pasar pocos segundos de disco para darnos cuenta de la excelencia de la producción: hay un gran trabajo en el estudio, desde luego. En el estudio se pueden hacer maravillas, pero para que luzca de verdad, tiene que haber un buen material sobre el que trabajar, y Rob Flynn y los suyos se han sobrado una barbaridad: un disco brutal, absolutamente brutal, que apenas ofrece momentos de escaso descanso, con estructuras variadas, vertiginosas, y sobre todo equilibradas.
Vamos, un lujo que no podemos permitir el no tener en nuestra discografía.
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